Ninguna enfermedad pasa por el cuerpo sin dejar rastro. Por supuesto, la detección oportuna y el tratamiento adecuado a menudo ayudan a evitar consecuencias graves, pero con frecuencia no pueden evitarse por completo. Entonces, por ejemplo, la pancreatitis, una enfermedad del páncreas, puede provocar cambios irreversibles e incluso la muerte, mientras que cada uno de sus tipos conlleva sus complicaciones.
La pancreatitis aguda se caracteriza por una propagación bastante rápida de la inflamación, que causa la muerte de las células pancreáticas. Aparece en diversas formas: edema, edema agudo, hemorragias, necrosis pancreática aguda, colecistopancreatitis aguda o pancreatitis purulenta. El grado de derrota, sin embargo, será algo diferente, pero el diagnóstico establecido y confirmado( pancreatitis aguda) es una señal para comenzar el tratamiento lo antes posible.
La pancreatitis crónica es un proceso inflamatorio que se desarrolla lentamente, pero las consecuencias también son graves. Además, la ralentización del proceso lleva al hecho de que el hecho de la muerte celular del páncreas a veces puede detectarse bastante tarde. La situación se ve agravada por el hecho de que la pancreatitis crónica no siempre es una complicación después de una enfermedad aguda, ya menudo autoinducida, ineficientemente tratada. En este caso, las células no mueren inmediatamente, se produce la muerte con la misma frecuencia con la que las exacerbaciones de la enfermedad del páncreas se alternan con los períodos de remisión.
El mayor peligro está en la pancreatitis reactiva. En primer lugar, esto se debe al hecho de que dicha enfermedad no se manifiesta, pero le permite saber por violaciones de los órganos del sistema digestivo que están cerca. Debido al diagnóstico equivocado, el paciente a menudo es tratado con estos órganos, y mientras tanto, la muerte del páncreas comienza y se desarrolla activamente a nivel celular. La complejidad también está en el hecho de que el tratamiento requiere no solo del páncreas, sino de todo el sistema gastrointestinal, lo que aumenta el tiempo de eliminación de la enfermedad y, en consecuencia, el grado de muerte. En este caso, la situación puede mejorarse tan pronto como sea posible la detección de la enfermedad y la realización de un tratamiento efectivo.