Los nervios simpático y vago proporcionan la inervación del páncreas, involucrando en este proceso un mayor grado de plexo celíaco. Una rama pequeña y grande de los nervios internos forma un componente simpático. Su origen se determina en el ganglio dorsal V-IX y X-XI de la médula espinal. Además, involucra el plexo hepático, esplénico y mesentérico superior. De todos estos plexos al cuerpo, fibras nerviosas lindas adecuadas. Junto con ellos, los nervios parasimpáticos en la vecindad inmediata de los vasos sanguíneos están estrechamente entrelazados. Todos juntos, penetran en los pequeños lóbulos del páncreas. Todos estos plexos, al estar cerca de la próstata, forman un complejo complejo. Es prácticamente imposible distinguir cada fibra por separado en ella, sus ramas están tan fuertemente entrelazadas. La inervación de las células glandulares pasa por separado de la inervación de los islotes de Langerhans.
El plexo pancreático se encuentra en la parte frontal y posterior. Es parte del plexo ventral. El plexo pancreático es una zona reflexógena bastante potente. Su irritación inmediata conduce al shock.
Las ramas de los nervios vagos también ingresan al páncreas. Actúan sobre él, utilizando los nodos del plexo celíaco de forma indirecta o directa. El nervio vago izquierdo juega un gran valor en la inervación del páncreas. Es a él a quien se le confía la tarea de inervar todos los departamentos de esta glándula. El nervio vago derecho también se acerca al lugar dado, pero solo por ramas separadas.
Las fibras simpáticas actúan como un regulador del tono de todos los vasos sanguíneos que se adaptan al páncreas. Ellos constantemente los acompañan. Los nervios parasimpáticos a su vez participan en la regulación y el control de la actividad exocrina. Esto afecta principalmente a la liberación y formación de enzimas.
Al observar de cerca el trabajo del páncreas, el duodeno, la vesícula biliar, el conducto biliar y el hígado, podemos observar la estrecha conexión de la inervación en estos órganos. La inervación multivalente asegura la interconexión de todos los procesos.
Con el desarrollo del cáncer de páncreas, aparecen tejidos malignos que rodean los nervios. Esto crea una mayor presión y el paciente siente un dolor agudo.