1 Los principales síntomas de la enfermedad
Más a menudo esta enfermedad no tiene una sintomatología fuerte. Puede pasar desapercibido hasta que el paciente lo encuentre durante la tomografía computarizada o la resonancia magnética. La patología puede manifestarse como dolores de cabeza o discapacidad, que una persona considera fatiga. Al mismo tiempo, la enfermedad progresa, y el momento perdido puede llevar a consecuencias negativas, hasta un resultado letal.
Si la AVM progresa, entonces se pueden ver tales síntomas:
- disminuye la inteligencia;
- dificulta la coordinación de movimientos, hay una marcha asombrosa;
- discurso puede estar roto;
- perdió sensibilidad a olores, sabores, etc.
- puede desarrollar estrabismo.
Si el paciente manifiesta síntomas tales, significa que AVM ya ha alcanzado un tamaño considerable, y al mismo tiempo se coloca en una de las áreas funcionalmente importantes del cerebro. En este caso, es necesario realizar urgentemente una extracción diagnóstica y quirúrgica de los vasos sanguíneos.
En caso de que la operación no se realice a tiempo, existe un alto riesgo de hemorragia. Esto puede indicar un ataque agudo de dolor de cabeza, vómitos repentinos o pérdida del conocimiento. Le recomendamos que visite
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2 Exámenes
principales métodos de diagnóstico de malformación arteriovenosa cerebral son la angiografía y Doppler. Estos procedimientos permiten determinar el grado de operabilidad de la malformación. Para esto, las siguientes características de la enfermedad deben identificarse necesariamente: tamaño
- de AVM;Localización
- ;Patrón de drenaje
- .
más favorable para la cirugía con el mínimo riesgo de malformación es de hasta 3 cm, el área localizada es funcionalmente significativa, sin venas de drenaje profundo. Si la malformación arterio-venosa tiene un tamaño mayor de 6 cm y se colocan dentro de las áreas funcionalmente importantes, existe el riesgo de discapacidad y muerte después de la cirugía. La presencia de venas de drenaje profundo puede provocar complicaciones durante la intervención quirúrgica.
La variante más grave del curso de la enfermedad es la presencia de varias malformaciones localizadas en diferentes áreas del cerebro. Durante la extirpación quirúrgica de los vasos en este caso aumenta significativamente el riesgo de trauma a los órganos vitales, que pueden conducir a procesos irreversibles, discapacidad y muerte. Al realizar una operación, es muy importante medir el riesgo de interferencia con las posibilidades de llevar a cabo la terapia sin ella.
3 Métodos de tratamiento de la patología
El tratamiento de la MAV puede llevarse a cabo tanto mediante intervención quirúrgica como mediante métodos de tratamiento conservador.
Instrumento quirúrgico o gamma-cuchillo se pueden utilizar durante la operación. En este caso, el médico elimina por completo la malformación, sin dejar siquiera un pequeño fragmento. De lo contrario, el riesgo de hemorragia aumenta.
La intervención quirúrgica se realiza en aquellos casos en que la malformación alcanza un tamaño de más de 3 cm. Si la MAV no alcanza este tamaño, la terapia puede realizarse por el método endovascular. Por lo tanto, el médico con la ayuda de un catéter cubre la luz de la malformación a través del vaso. Además, este método puede usarse si durante la intervención quirúrgica la MAV no se ha eliminado por completo y es necesario extraer sus residuos.
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Desafortunadamente, no existen métodos para prevenir esta enfermedad, ya que la MAV se forma incluso durante el desarrollo intrauterino y los primeros meses de vida. Sin embargo, es muy importante llevar a cabo las acciones preventivas necesarias después de que se diagnosticó la dolencia. Esto ayudará a evitar hemorragias y otras complicaciones. En esta etapa, es necesario controlar el esfuerzo físico del paciente, así como medir regularmente la presión sanguínea. La prevención adecuada puede mejorar significativamente la calidad de vida y eliminar el riesgo de recurrencia de la enfermedad.