La aparición más común de esta enfermedad es causada por estreptococos que entran en el área del esófago con cuerpos extraños. En otras situaciones, con esofagitis difusa, la inflamación purulenta se propaga en el esófago, que ha pasado desde otros órganos. Como regla, esta dolencia se forma con el absceso pulmonar disponible, el flemón de la cavidad oral, el cáncer de esófago y la quemadura química. La imbibición purulenta de la pared esofágica y la fusión de la base submucosa son signos morfológicos de la enfermedad. En este caso, la membrana mucosa exfoliada muere y se expresa. Los especialistas señalan que con la esofagitis difusa, este proceso tiene lugar en la capa submucosa, pero es capaz de penetrar y profundizar.
Esta enfermedad se desarrolla con bastante rapidez y bruscamente y se caracteriza por la aparición de salivación, dolor retroesternal persistente, disfagia y sensaciones dolorosas graves al toser y tragar. El vómito asociado conduce al aislamiento del tejido rechazado de la membrana mucosa.
Diagnóstico de esofagitis difusa
Debido a que existe una amenaza de ruptura esofágica en la fase aguda de la esofagitis flemática, los médicos no realizan un examen de rayos X.Después de que desaparecieron los síntomas, la semiótica de rayos X se caracteriza por los contornos erosionados del órgano y la ausencia de pliegues en la mucosa, que está cubierta de úlceras de diversos tamaños. El ancho del lumen del esófago no es uniforme y está lleno de moco y pus.
Manifestaciones clínicas de la esofagitis difusa
El pronóstico de la enfermedad es lo suficientemente grave, por lo tanto, incluso la terapia que se inicia de manera oportuna no siempre es capaz de dar el resultado deseado. La forma flemática de la enfermedad se caracteriza por un alto porcentaje de complicaciones en forma de absceso mediastínico, neumotórax y pereezofagitis.
Las manifestaciones clínicas de la esofagitis difusa se parecen a la sepsis aguda. Al mismo tiempo, hay un fuerte deterioro en el estado general del paciente con disfagia creciente. La formación de enfisema subcutáneo promueve la formación de gas después de la multiplicación de la infección. Además, este proceso provoca una derrota compleja de los órganos cercanos.
En el caso de la formación de mediastinitis, la condición del paciente es fatal. Al encapsular un absceso en el mediastino, surgen consecuencias graves para el paciente.